A tres meses del asesinato de George Floyd que desató una ola de protestas antirracistas en todo Estados Unidos, las imágenes de cómo un policía blanco acribilla a un hombre negro desarmado frente a su familia desató manifestaciones, disturbios y llevó hoy a las autoridades de Wisconsin a declarar un toque de queda y llamar a la Guardia Nacional
Un grupo de policías avanza ayer alrededor de un hombre negro claramente desarmado que se acerca a su camioneta y, pese a los gritos de los oficiales, abre la puerta del conductor e intenta ingresar.
En ese momento, uno de los policías, de clara tez blanca, le dispara siete tiros por la espalda, mientras su pareja, desde la calle, grita y llora desesperada para que se detenga.
El hombre, identificado por las autoridades como Jacob Blake, está muy grave pero estable en terapia intensiva y, según el abogado de la familia, Ben Crump, dentro de la camioneta cuando la policía disparó estaban los hijos de 3, 5 y 8 años de la pareja, informó el canal de noticias CNN.
La viralización del video desató protestas hoy en Kenosha, Wisconsin, y ante el temor de una nueva ola de manifestaciones y disturbios masivos como los de Minneapolis en mayo, tras el asesinato de Floyd, las autoridades ya decretaron un toque de queda nocturno para esta noche y la de mañana.
El alcalde de Kenosha, John Antaramian, además, llamó a la Guardia Nacional para reforzar a la Policía municipal y "proteger la infraestructura crítica y las instituciones culturales, según explicó el gobernador de Wisconsin, Tony Evers, en un comunicado difundido a la prensa.
Dos de los policías que habían llegado al barrio de Blake por una denuncia de violencia doméstica, incluido el que le disparó siete veces en la espalda, ya fueron suspendidos mientras la fuerza investiga lo que sucedió.