Con un total de 9,85 millones de espectadores, la transmisión televisiva del domingo pasado de los premios Oscar registró la audiencia más baja de su historia en Estados Unidos, con una caída del 58 por ciento respecto al año anterior.

Así lo determinaron datos de la prestigiosa consultora Nielsen, que el año pasado había contabilizado 23,6 millones de personas siguiendo la gala, lo que provocó que los críticos la definieran como la transmisión menos convocante de todas sus ediciones, destacan los diarios de Hollywood.

Más allá de esto, la cadena ABC, que fue la encargada en el país del norte de reproducir las alternativas de la entrega de premios, logró vender todos sus espacios publicitarios a razón de dos millones de dólares por cada 30 segundos de espacio, una cifra apenas inferior a la que se cobraba antes de la pandemia de coronavirus.

La gala del domingo pasado presentó una particular fisonomía, con candidatos y ganadores desperdigados en distintas ciudades; y una escasa presencia de público en la ceremonia central llevada a cabo en Los Ángeles.


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