El popular comediante Carlos Balá, sobreviviente de un grupo de cómicos que lideró el interés de los televidentes a principios de los años 60 y que aún concita la simpatía de chicos y grandes en cualquier presentación pública, cumple hoy 95 años, con su flequillo intacto y la vigencia de varias frases que acuñó a través de los tiempos.
Será muy difícil extirpar del habla popular de los argentinos frases como “¿Qué gusto tiene la sal?”, “Ea-ea-ea pe-pé”, “Sucutrule”, “Zazaza zazazá”, “¿Mamá, cuándo nos vamo’ ?” o “Más rápido que un bombero”, porque forman parte no solo de una identificación etaria; también se adecuan a determinadas situaciones en las que la complicidad de ideas se evidencia sin tener que dar más explicaciones.
Declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad por la Legislatura porteña en 2009 y homenajeado en la Cámara de Diputados de la Nación en 2017, Balá parece no luchar contra el tiempo sino que deja que el tiempo pase, anclado en esa actitud pretérita que sostiene su vigencia.
“Soy un tipo feliz haciendo reír, siempre hice reír y doy las gracias a ustedes por acordarse de Carlitos Balá“, manifestó al recibir el diploma que lo acreditaba como Ciudadano Ilustre y que no era otra cosa que la confirmación del cariño que suscita aun en las nuevas generaciones.