Ante la aparente pasividad de la afición alemana, necesitada de resultados para conectarse a su Eurocopa e incluso confundida por la diversidad de su selección, son los hinchas escoceses quienes se han puesto manos a la obra para colorear Múnich, la ciudad que acogerá el partido inaugural y que ha sido invadida por el Ejército del Tartán.
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Así es como se conoce a los aficionados de Escocia. El nombre hace referencia a las faldas con estampado de tartán que lucen casi todos sus seguidores y que desde hace dos jornadas han ido poblando casi todas las calles, plazas y cervecerías de la ciudad bávara. Son los claros animadores de una ciudad aparentemente dormida que seguramente despierte cuando eche a rodar el balón en el Allianz Arena y que a horas del comienzo de la Eurocopa ha sido completamente eclipsada por los escoceses.
Han llegado a miles. Muchos seguramente no podrán entrar en el estadio del Bayern Múnich para ver el partido. Pero se divierten por la ciudad. Beben cerveza, mucha, y por ahora se divierten pacíficamente e irradiando simpatía. “No Scotland, no party!” (sin Escocia, no hay fiesta) es su grito de guerra viral y las terrazas de Marienplatz son su centro de operaciones.
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Uno de sus aficionados fue recibido como si se tratara de un héroe después de haber caminado más de mil kilómetros para arribar a Alemania. Craig Ferguson, ferviente fan del conjunto británico, unió el tramo comprendido entre Hampden y Múnich en 42 días. Esta es solamente una de las historias entre miles de las que prometen ser una de las hinchadas más ruidosas a lo largo del certamen continental. En Europa estiman que son unos 100 mil los escoceses que, con o sin entrada, viajaron a territorio alemán para acompañar a su seleccionado nacional.
Fanático escocés caminó 1000 millas en 42 días para llegar a la Eurocopa
Fanático escocés caminó 1000 millas en 42 días para llegar a la Eurocopa
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Fanático escocés caminó 1000 millas en 42 días para llegar a la Eurocopa
Steve Clark, entrenador del equipo, y Andy Robertson, capitán, felicitaron a su hinchada en la víspera del partido. Están orgullosos del apoyo que brinda una afición que se pasea por Múnich al sonido de las gaitas y de las fogosas gargantas escocesas que animan un inicio descafeinado para los alemanes. “Nos dan un gran impulso, van a estar con nosotros cada minuto en cada partido y eso es realmente importante para el equipo. Estoy seguro de que esta noche en Múnich habrá algunos que no veremos. Esperemos que disfruten y se comporten”, dijeron.
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Por contra, en Alemania, reina otro ambiente. Algo enrarecido. Tal vez, sus aficionados, al no tener que desplazarse en masa a otro país, velan armas desde la tranquilidad de sus casas y hoteles. Pero la realidad es que tanto los miembros del cuerpo técnico, con Julian Nagelsmann a la cabeza, y sus jugadores, con Ilkay Gündogan como portavoz, han tenido que lanzar mensajes a sus aficionados para que se activen a partir de este viernes.
Gündogan, capitán del equipo con ascendencia otomana (sus padres nacieron en Turquía), ha sido criticado por llevar el brazalete. Sustituyó a Manuel Neuer en el cargo mientras estaba lesionado de gravedad y se quedó con la capitanía tras el regreso del portero germano. Eso no ha gustado a un sector de la sociedad alemana, que prefiere a un capitán “más alemán” para su selección.
Además, los resultados de las últimas elecciones europeas en Alemania, con la escalada hasta la segunda posición del partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD), tampoco invita al optimismo en temas de diversidad e integración.
El "Ejército de Tartán" promete armar una fiesta en la Eurocopa 2024 (EFE/EPA/ANNA SZILAGYI)
Por eso, Gündogan, el mismo día del partido, a horas de comenzar la Eurocopa, ha lanzado un mensaje de unión desde sus redes: “Me siento aún más orgulloso de llevar a Alemania al campo como el primer capitán con antecedentes migratorios en un torneo importante. Puedo liderar un equipo que es especial porque está formado por tantas culturas y países diferentes. Estos son exactamente los factores que nos harán fuertes como selección alemana en 2024: la diversidad y la influencia de diferentes culturas. Lo que pudimos aprender y sentir en el pasado es que el fútbol tiene el poder de unir a la gente. Vivimos en tiempos en los que cada vez se construyen más frentes. La gente ya no se escucha. Hay una división en nuestra sociedad”.
Y esa es la realidad entre las aficiones de los dos equipos que van a dar el pistoletazo de salida a la Eurocopa. Unos se divierten y hacen ruido y los otros están desaparecidos. El diario local Süddeutsche Zeitung, de los más importantes de baviera, refleja ese desanimo con un titular que resume a la perfección la apatía que parecen vivir los hinchas alemanes en Múnich: “No Scotland, no party”.
“No somos Argentina, pero nosotros tenemos a John McGinn, John McGinn y Robbo en la banda, en la banda. Sin Escocia, no hay fiesta. Steven Clark’s Tartan Army. E incluso si no ganamos, ganaremos y bailaremos en Berlín, en Berlín. Sin Escocia, no hay fiesta. Steven Clark’s Tartan Army”, se expresa en la traducción del inglés al español en una grabación que incluye una postal del ganador del Mundial de Qatar. Esta selección sueña con decir presente en la final de la Eurocopa, que se llevará a cabo el 14 de junio en el Estadio Olímpico de la capital. De momento, tiene que enfrentar a Alemania (anfitrión), Hungría y Suiza en el Grupo A.