A seis meses del primer caso de coronavirus registrado en Brasil, el país gobernado por Jair Bolsonaro no logra controlar la curva de contagios. El gigante sudamericano ocupa el segundo lugar en el ranking mundial de países más afectados por la pandemia con más de 3,7 millones de contagios y 117.000 fallecidos.
Los registros del Ministerio de Salud brasileño no dan señales esperanzadoras: en la última semana reportóun promedio de 938 fallecimientos diarios, cifra que este miércoles fue superada ampliamente con 1.090 nuevas muertes.
Además, en las últimas 24 horas, hubo 47.828 nuevos casos confirmados, que elevan el registro total a 3.722.004 contagiados.
El 26 de febrero Brasil registró su primer infectado de coronavirus, aunque tiempo después, la cartera de Salud confirmó que el primer caso mortal había ocurrido el 23 de enero. A partir de ese momento, el aumento ha sido exponencial tanto en las grandes ciudades como en el interior de las provincias.
Pese a toda esa evidencia, desde el inicio de la pandemia Bolsonaro subestimó las políticas sanitarias, recomendó el uso médico de la cloroquina y se peleó con su propio gabinete, al punto de soportar la renuncia de dos ministros de salud en pocos días.
El mandatario, quien estuvo tres semanas infectado de covid-19, continúa repitiendo que la pandemia está “sobredimensionada”, a pesar de que cinco integrantes de su familia contrajeron el virus.
Días después de la recuperación del jefe de Estado, su esposa, Michelle Bolsonaro, dio positivo. Hace más de una semana se informó que su hijo Renán, de 22 años, también se había contagiado y ayer se conoció que su hijo mayor, el senador Flavio Bolsonaro, también está infectado con el virus, aunque no presenta síntomas. Además, la abuela de la primera dama, María Aparecida firmo Ferreira, falleció por covid-19 a sus 81 años. “Es una gripecita”, suele repetir el presidente de ultraderecha.
Fuente: Página12