El cantautor guatemalteco Ricardo Arjona acaba de lanzar su disco “Blanco”, al que definió como “lo opuesto a lo que el mundo está desarrollando como aceptable” y criticó a los artistas que “están intentando salir a flote haciendo lo que está de moda, y hacer lo que está de moda siempre genera una suerte de segundón que no cambia absolutamente nada”.
A pesar de ser uno de los artistas latinos que más tickets vende en sus giras, Arjona decidió hace varios años independizarse de la industria, trabajar casi en solitario y fiel a su lengua ácida, despacharse contra las discográficas con frases filosas.
Desde 2011, Arjona trabaja con su sello y productora Metamorfosis y ahora edita este “Blanco” pensado como la primera parte de un trabajo que tendrá su segunda parte “Negro”, que se editaría en 2021.
Estas canciones surgieron de un tirón mientras Arjona planifica un disco de duetos con mujeres y decidió grabarlo en los estudios londinenses de Abbey Road a la usanza de los 60 con los músicos en vivo y casi sin sobregrabaciones.
El lujo más grande que puedo darme a estas alturas, algunos se compran Lamborghini, otros se compran aviones, yo hago lo que se me da la gana con mi trabajo.”
RICARDO ARJONA
En su charla con Télam, La industria y su mirada sobre la música dijeron presentes
Télam:¿Realmente criticaste a los artistas de reggaetón y al ritmo en sí?
RA: No soy un enemigo del reggaetón. Creo que el reggaetón ocupó un espacio que los otros géneros dejaron libres, los otros géneros dejaron de hacer cosas y ellos ocuparon el espacio que dejamos libre. ¿Cómo defender los géneros? Ahí está el asunto. No se defienden los géneros haciendo duetos como en el reggaetón. Sí tengo algo en contra de la gente que pertenece a otro género y para sacar la cabeza hace dueto, eso no me gusta.
Porque la mejor manera de defender el rock & roll es haciendo rock & roll, la mejor manera de hacer baladas es haciendo baladas mejor que nunca. La gente está intentando salir a flote haciendo lo que está de moda, y hacer lo que está de moda siempre genera una suerte de segundón que no cambia absolutamente nada. Esta es mi manera de intentar defender lo que yo hago y la música en la que yo creo. Los otros prefieren quejarse o asociarse, yo prefiero seguir haciendo cosas.
T: Este desafío de hacer un disco completamente distinto a lo que hoy se está escuchando en la radio y seguir manteniendo tu sello, ¿en algún momento dudaste o siempre estuviste convencido de esta idea?
RA: No, no, a estas alturas del partido me hago mucho caso, porque empiezo a hacerle caso a los demás y cuando me equivoco me duele el triple. Si me equivoco con cosas que estoy aferrado me duele mucho menos.
El lujo más grande que puedo darme a estas alturas, algunos se compran Lamborghini, otros se compran aviones, yo hago lo que se me da la gana con mi trabajo. Ese es mi lujo y me la paso increíble, entonces disfruto porque es una locura ir a grabar a los estudios de Abbey Road, meterte un mes grabando con músicos extraordinarios… A mí me dijo Glenn, uno de los músicos, en inglés, “¿qué mierda vas a hacer con este disco en tu sector?”.
Me lo dijo así, porque los tipos conocen lo que está sonando acá. No es que es malo lo que suena acá, sino que no hay espacio para esto que estamos haciendo. Yo le dije que si el disco sonaba solo en mi casa y a mí me gustaba es suficiente, estoy en una etapa donde para mí eso es muchísimo más importante que cualquier otra cosa. La suerte es, ojo, que uno siempre encuentra cómplices en el camino y nos hemos dado cuenta en este proceso que hemos defendido canción a canción.
Yo decía al principio que yo optaba por elegir el camino que a mí me gusta, y si vos metés en el camino que a vos te gusta aprendés a disfrutarlo. Yo disfruté muchísimo este proyecto y cuando lo disfrutas mucho, los resultados son menos importantes de lo que parece. Creo que uno de los grandes problemas de los artistas que empiezan es que algunos de ellos están demasiado fijados en las metas.
Cuando empezás pensando en fama o en plata no vas a tener ninguna de las dos. No tiene que ver con ningún género, la gente que se enfoca en su trabajo y rata de llevarlo con la vela que dirige el barco regularmente consigue lo que quiere, porque tiene que ver mucho más con su trabajo que con sus objetivos. Feliz, estoy como dije.
T: ¿Por qué decide lanzar el álbum “Blanco” para tu sitio web?
RA: Por loco, por contradecir un poco, para no aburrir. Los videos de estas canciones reflejan la posición que hoy tengo frente al mundo de la música y la industria. Mi posición es de un aburrimiento tremendo que trato de evitar de alguna manera. La industria huele a urgencia financiera y a canciones que le dejan poquito al azar. Cuando digo poco al azar es que se ha generado una especie de método para usar las vías perfectas para poder llegar a lo que supuestamente es el éxito y la industria ha generado que estas vías que uno transita sean las mismas para todo el mundo, entonces tarde o temprano hay mucho tropiezo en el camino. Yo puedo elegir: o me paro quejando de todo o intento hacer lo que se me dé la gana. Opté por lo segundo, pero no es por un rebelde sin causa o un tipo que quiere llevarle la contra a todo, sino que es un tipo que quiere mantenerse en lo mío y buscar su camino.
T: En estos años de carrera, ¿cuál ha sido la mayor inhibición que has tenido como artista y cómo has trabajado para quitarla?
RA: Inhibiciones todas. Creo que los que nos dedicamos a estos estamos todo el tiempo superando complejos escondidos. Detrás de este y un montón de artistas lo que hay que aguantarse para llegar a ciertos lugares es que hay un tipo que está programado con una serie de miedos que va superando a través de su propio trabajo. Yo soy uno de ellos. Yo, que para algunos soy un tipo de cierta personalidad complicada o mucho menos, creo que de alguna manera trato la manera de crear una personalidad que se pueda ver para ocultar muchos miedos que hay detrás de nosotros.
Todos tenemos miedos, la industria me da miedo. Por eso me hago a un lado. La industria no es de esos miedos que se llevan dentro, es un miedo que está ahí. Tenés dos caminos: seguir temeroso o hacerte a un lado y escoger el camino correcto. Te da miedo que te digan “esa canción no va”, te da miedo que te digan “cambia el verso aquel”, te da miedo que te digan “la canción que va a promoción es esta”.
Para no tener miedo, hice un medio independiente que se llama Metamorfosis donde se van a complicar más las cosas pero vamos a tomar nuestras decisiones. La posibilidad de quitarte miedos, de alguna forma, es una posibilidad de salir adelante. Es mucho más liviana.
Por ejemplo la canción “El Blues de la Notoriedad" es una fotografía de lo que les venía hablando, es el aburrimiento que ha generado esta industria que se ha vuelto un poco más financiera que emocional. Del olvido que ha tenido mucha gente de que la materia prima en esta industria es la emoción y que el cantautor ha quedado muy olvidado, el autor, siendo el artífice de la materia prima, justamente.
fuente: Telam